martes, 24 de diciembre de 2013

La guerra del Yom Kipur, la crisis del petróleo de 1973 y su efecto en España



La Guerra de Yom Kippur supuso en los países de occidente una grave crisis económica. Esta Guerra, iniciada por Egipto y Siria contra Israel, tiene su antecedente en los conflictos árabe-israelíes que se vinieron dando durante los siglos XX y XXI. La historia de esto viene dada desde el final de la Primera Guerra Mundial, cuando el Imperio otomano pierde el control en Palestina, pasando al Reino Unido. En la Declaración de Balfour, Reino Unido se posiciona a favor de formar un estado judío en territorio de Palestina, ya que anteriormente, los judíos no gozaban de un asentamiento en el mundo (el llamado exilio judío). El caso es, que Reino Unido obliga a Palestina a entregar territorios para formar un nuevo estado: El Estado de Israel. Pronto comenzarían las discrepancias.

En 1948, Israel, antes del fin del Mandato Británico de Palestina, declara su independencia en la parte del territorio que les fue otorgada en 1917. La alianza de países árabes invadió el nuevo Estado, y se inició la guerra árabe-israelí de 1948.

Posteriormente, estallan más guerras con esta misma tendencia a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, como la Guerra de Suez, la Guerra de los Seis Días o la Guerra de Desgaste.
Pero en 1973 comienza la Guerra de Yom Kippur: Egipto y Siria (como comentamos anteriormente), atacan a Israel durante una festividad judía. Además, en plena Guerra Fría, la Unión Soviética se posiciona a favor de los Estados Árabes Unidos, y Estados Unidos a favor de Israel. La Guerra comienza exactamente el 6 de octubre de 1973, y finaliza aproximadamente el 27 de octubre, firmándose la paz el 11 de noviembre.

Esta Guerra traería consigue una importante consecuencia. Los países árabes decidieron dejar de suministrar petróleo a los aliados de Israel para debilitarlos, ya que eran los principales productores de petróleo del mundo. El barril de petróleo, que se situaba en 3 dólares el barril, subió a 12 dólares, triplicándose. Estados Unidos estaba dispuesto a forzar a Israel a una retirada del territorio que consiguió en la citada guerra. Esto supuso una recesión en Estados Unidos, acompañada de la inflación, que continuó hasta principio de los años 80.

¿Y en España?

Pero la pregunta es, ¿qué supuso para España? Políticamente nos situamos en los últimos años del franquismo. España consume de petróleo dos tercios de su energía total, ya que es dependiente de la producción de petróleo. Además, la industria española también necesitaba el petróleo debido a los procedimientos intensivos que realizaban. La crisis del petróleo supuso en España el fin el crecimiento económico acaecido desde 1960. El salir de la crisis fue difícil debido al clima de transición política que se vivía, que hacía que los primeros años de la democracia el sistema fuera inestable, y todas las miradas no se centrasen en subsanar la crisis.

La fuerte subida de los precios del petróleo supuso a las empresas industriales españolas una contracción. En la sociedad, la inflación aumentó, a la vez que el desequilibrio en los pagos. La inflación duró desde 1974 hasta 1984, y se puede comparar a la subida de precios de toda Europa. En cambio, la tasa de paro sí que situaría en cabeza en Europa, llevando a 900.000 personas a buscar empleo.
La situación económica española era la de una crisis: paro, estancamiento económico, gran inflación y endeudamiento exterior que aumentaba. La inflación fue situada en un 20% y la deuda pública superó los 12.000 millones de dólares. La subida de precios también produjo una subida de los salarios. Los precios, antes de 1973 estaban subiendo en un 9% anual.
Por tanto, a corto plazo se produjo en empobrecimiento de la sociedad, ya que el dinero que se empleaba en esta se usaba ahora para paliar la deuda pública.

¿Qué decisiones se tomó desde el mando de España?

No sólo la electricidad dependía del petróleo. Los derivados del petróleo también aumentaron su precio, que se doblaron y se produjo sobre la actividad económica una serie de repercusiones depresivas. Ante esto, el Estado asumió parte del coste extra del petróleo, reduciendo los impuestos del consumo de derivados. El Estado perdió un 35% haciendo esta medida, mientras que a los españoles corrientes solo les aumentaba el precio un 20%.

Pero las depresiones en los demás países también afectaron a España: los ingresos del turismo descendieron un 30% y las exportaciones un 8%. La política española, llamada “acomodaticia”, continuó después del fin de la dictadura franquista, y el resultado fue un retraso en el proceso de ajuste a cambio de un desequilibrio de fondos mayor.